Muchas veces lo mas sencillo tiene éxito, y ese es el caso de ‘Matamoscas’, el juego de Homoludicus del que os vamos a hablar hoy.

Creado por Christian Heuser, a primera vista puede parecer un clásico juego de cartas, pero la realidad es que se sale de lo corriente y es muy divertido y entretenido gracias a su acción y velocidad.

Matamoscas

Edad: a partir de 6 años.
Duración aproximada de la partida: 15 minutos.
Número de jugadores: de 2 a 8.
Precio: entre 8 y 13 euros.
Marca: Homoludicus.

Material y características

El material del que consta el juego es muy sencillo: un reglamento; 96 cartas de mosca (16 en cada uno de los seis colores: rojo, amarillo, verde, azul, violenta y naranja; en cada color hay dos de valor 1 y 5, y cuatro de valor 2, 3 y 4), y 16 cartas de matamoscas.

Las cartas, consistentes y muy agradables al tacto, son muy atractivas visualmente gracias a los dibujos del ilustrador alemán Georg von Westphalen.

Cuando ‘Matamoscas’ se editó por primera vez en España, en el año 2007,  constaba de una caja de cartón blando lo que provocaba que, tras un uso continuado, el contenido del juego se estropeara mucho.

Sin embargo, en esta nueva edición del juego la marca ha mejorado considerablemente las cajas, que ahora son de cartón rígido y más  grandes. Algo de agradecer, ya que de esta forma se preserva mucho mejor el contenido del juego, que puede transportarse y guardarse sin riesgo de que se deteriore.

También ayuda a conservarlo mejor el compartimento de plástico que hay en el interior de la caja y donde se colocan las cartas, impidiendo su movimiento dentro de esta.

El juego

El planteamiento del juego es muy sencillo: para ganar la partida, hay que capturar el mayor número de moscas posible. Pero, ¿cómo se consigue capturar a estos insectos? Pues con las manos de los jugadores, que funcionan como matamoscas.

La partida comienza repartiendo las cartas entre todos los jugadores, que las deben colocar, apiladas y boca abajo, delante suya.

Cada jugador, en su turno, muestra la carta superior de su pila. Para que no pueda mirarla de reojo, debe girarla lejos de él lo más cerca que pueda del centro de la mesa.

Cuando el jugador muestra un matamoscas, llega el momento más divertido del juego, ya que todos los jugadores deben intentar aplastar las moscas con sus manos. Eso sí, solo se pueden aplastar moscas del color que más haya de las que están boca arriba sobre la mesa en ese momento.

Al final de la partida, que termina cuando cualquiera de los participantes muestra la última carta de su pila, cada jugador suma los valores de la moscas que ha ganado resultando vencedor el que haya conseguido más puntos.

¡Esperamos que os haya gustado nuestra recomendación y que paséis un divertido y emocionante rato en familia matando moscas!