Mamis y papis, hoy vamos a preparar con nuestros hij@s una quesada pasiega para chuparse los dedos. Se trata de una receta fantástica para pasarlo bien en la cocina, para que los peques vayan aprendiendo poco a poco a cocinar y, cómo no, para degustar este postre típico de Cantabria.
Lo primero de todo, las manos. Así que niñ@s, al baño a limpiarse bien las manos.
Después, como siempre digo, recomiendo ordenar sobre la mesa los ingredientes necesarios antes de llegar al último paso y darnos cuenta que nos falta algo. Así que, apuntad:
- Aceite de oliva virgen extra.
- Dos huevos.
- Harina.
- Yogur.
- 250 gramos de azúcar moreno.
- Leche.
- Limón.
- Canela.
Nosotros hemos elegido un bol de cristal para hacer la mezcla, aunque podéis escoger cualquiera que tengáis en casa. Dentro, vamos a introducir cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y, posteriormente, dos huevos. Con la ayuda de una varilla, los peques podrán remover la mezcla.
Añadiremos un yogur de limón y seguiremos mezclándolo hasta que quede lo más uniforme posible. Hay que recordar que esta mezcla se puede hacer con una simple batidora o con una Thermomix o cualquier otro robot de cocina, pero entonces nuestros peques no lo pasarían tan bien.
Tras el yogur toca el turno de rallar la piel del limón. En nuestro caso, como la edad de los niñ@s es de cuatro años, es lo único que hacemos nosotros, porque requiere cierta fuerza y por miedo a que se puedan cortar.
Más tarde, se vuelven a encargar de echar el vaso de leche y la harina, en este orden, y sin dejar de remover, para terminar con una mezcla lo más ligada posible.
Una vez terminado todo este proceso, echamos la mezcla en el recipiente y lo introducimos en el horno durante unos 50-55 minutos a 180 grados. Es importante tener en cuenta que la mezcla va a subir mucho pero que, al sacarla del horno, bajará ya que no lleva levadura.
Ahora, a dejar enfriar.
¡¡Bon apetit!!